Es el mismo gallo siempre
perforando el bloque de la distancia
con su alarido de widia
despertarse a esta alegría
innúmera espaciosa donde caben
los ángeles rabiosos de la sonrisa
quemándose al mismo tiempo
aguantaderos del oro y el hambre
el mismo hermoso gallo
inimaginable
el del once por ciento de luz
disolviéndose en ojo colorado
el día que se cierne como una
miniatura de su cerebro
su grito estrangulado
por la pura alucinación de vivir
cuando esto es un gallo
la palabra un gallo
señor
su alarido: rasguño de mi ojo
enamorado